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Evaluando la participación ciudadana: los indicadores

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Queremos compartir aquí nuestra participación en la 18ª Conferencia del Observatorio Internacional de la Democracia Participativa (OIDP) en Barcelona en la Mesa Redonda "Evaluando la participación ciudadana: los indicadores".

La experiencia en el diseño del sistema de indicadores de evaluación del Programa Democracia Activa del Ayuntamiento de Barcelona nos muestra la complejidad y los retos que aparecen a la hora de intentar medir dimensiones complejas, como por ejemplo la accesibilidad, la diversidad, la pluralidad, la trazabilidad, la transparencia o el funcionamiento de los procesos participativos.

Diseñar indicadores para cada una de estas dimensiones ha implicado un ejercicio de cuidado y rigor para desgranar los diferentes componentes que los definen. Por ejemplo, la accesibilidad viene definida por el horario en que se realiza la convocatoria, la ubicación del espacio de encuentro y el acceso en transporte público, la convocatoria (con cuánta antelación se convoca, con cuantas lenguas se hace la difusión), la señalización para indicar el espacio del encuentro, la accesibilidad para personas con diversidad funcional, el nivel de tecnicismo del lenguaje y el acceso on-line.

Algunos de estos retos surgidos en el proceso tienen que ver con...

¿Cómo garantizar la máxima accesibilidad cuando los procedimientos estándares del Ayuntamiento no están diseñados con esa intención? Por ejemplo, comunicar en otras lenguas más allá del catalán y el castellano.

La diversidad no es estándar, sino relativa a cada grupo de población. Entonces, ¿podemos utilizar la misma referencia para todos los barrios y distritos? Por ejemplo, ¿debemos esperar el mismo grado de diversidad cultural en un proceso participativo realizado en el barrio del Raval que en el barrio de Les Corts?

¿Como recoger la información sensible que no es visible a los ojos (diversidad funcional, orientación sexual, ...)?

Sabemos que el criterio técnico dista del criterio ciudadano. Por esta razón, los resultados de los procesos participativos no siempre se implementan de manera 100% fiel. Entonces, ¿cómo podemos hacer visible la transformación del resultado del proceso participativo respecto de la implementación final? ¿y cómo se justifica o explica esta modificación?

Estas son algunas de las incógnitas que han surgido durante el proceso. Si desea, puede descargar la presentación aquí.

Proyecto relacionado: Diseño del sistema de indicadores de evaluación del Programa Democracia Activa

Como fomentar la implicación de las empresas en la prevención de las conductas sexistas?

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La Campaña RESPECTA'M (RESPÉTAME) pretende involucrar al tejido empresarial en el compromiso por la igualdad de género, la diversidad sexual y la prevención del acoso, a partir de:

  1. La campaña gráfica realizada por Inside Consultores, que ofrece el Ayuntamiento de Tarragona a las organizaciones que quieran unirse a la campaña.
  2. Los cursos de Formación de Formadoras realizados por Spora, a cargo del Ayuntamiento de Tarragona, para que las personas referentes lo repliquen en sus empresas.
  3. El compromiso de las empresas en la implementación de medidas para promover la igualdad y prevenir las conductas sexistas.

El proceso de creación de la campaña ha contado con un Grupo Motor, formado por representantes de 20 empresas, que han participado en la definición de la campaña para garantizar su viabilidad y adecuación a la realidad de las empresas de Tarragona.

La campaña gráfica se inspira en conversaciones de whatsup, que reflejan momentos cotidianos donde se reproducen micromachismos y conductas sexistas. El objetivo es poner el énfasis en las situaciones habituales, normalizadas, que pasamos por alto pero que constituyen la base de la discriminación y la desigualdad.

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Estas conversaciones se inspiran en el Diagnóstico de la Prevención de conductas sexistas, situaciones de discriminación y acoso sexual y por razón de género en el entorno laboral realizada por Spora en 2017, que identifica las situaciones más habituales que se dan en este ámbito, como por ejemplo la asunción de las mujeres en categorías laborales inferiores:

"Si eres una mujer, enseguida te preguntan: «Ah, eres la administrativa?». Si hay una mujer se asume que está en un cargo bajo."

O la brecha salarial:

"En el comercio hay tres epígrafes diferentes. Una mujer técnica ingeniera estaba cobrando lo mismo que un señor con graduado escolar. Es brutal la desigualdad."

Las conductas sexistas y acoso sexual:

"A veces no son comentarios, son miradas, te hacen un repaso impresionante, te sientes incómoda, y normalmente ocurre con las mujeres."

O la desacreditación de las mujeres en cargos de responsabilidad:

"En ciertos lugares de responsabilidad, si accede un hombre es porque es un buen profesional, y si accede a una mujer es por razones sexuales, se dice que «ha tenido que haber hecho otras cosas para llegar hasta aquí »."

La campaña RESPECTA'M (RESPÉTAME) pretende hacer visible estas situaciones tan comunes y habituales en los entornos laborales que no se identifican como conductas sexistas pero estan en la base de las desigualdades.

El pasado 30 de octubre presentamos la Campaña RESPECTA'M (RESPÉTAME) en el ámbito laboral en la sede de EMATSA en Tarragona.

La campaña RESPECTA'M (RESPÉTAME) nació en 2016 para prevenir las conductas sexistas en el marco del ocio nocturno y espacios de fiesta en Tarragona, y se ha ido extendiendo en el ámbito laboral y también en el educativo.

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La presentación de la campaña en prensa:

https://www.tarragona.cat/serveis-a-la-persona/noticies/politiques-digualtat/noticies-2018/la-campanya-respectam-sesten-a-lambit-laboral-1 

https://www.diarimes.com/es/noticias/tarragona/2018/10/30/la_campana_respecta_llega_ambito_laboral_48433_1091.html

https://www.tac12.tv/tarragona/arxiu-tarragona/item/5750-la-campanya-respecta-m-arriba-a-l-ambit-laboral

¿Batalla de Gallos o de Gallitos?

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"Una batalla de gallos es un concurso de machos alfa:" yo soy el más gallo ". Vamos al insulto rápido. Somos unos gallitos, y la imagen social del macho alfa es la de mega-hombre." (Invert, Conversaciones Red Bull 2017).

Hace un par de semanas, en medio de una Batalla de los Gallos (competiciones de rap improvisado) organizada por Red Bull, las rimas contra el adversario desencadenaron una fuerte polémica en las redes.

El objetivo de las competiciones de rap improvisado es justamente este, una competición, una batalla, donde los gallos o MC buscan descalificar al contrincante a través de las rimas (preferimos hablar de MC [Master of Ceremonies, en inglés] como sinónimo no sexuado de Gallo / Gallina). Se trata de un fenómeno que ha crecido y se ha extendido enormemente en los últimos diez años, especialmente en España y América Latina.

Al mismo tiempo, se trata de un entorno altamente masculinizado, donde el referente de masculinidad es el de gallito.

El diálogo improvisado, que ha generado tanta polémica, es el siguiente:

[FJ] “El Zasko necesita sonotone y también a mayores / cuando folla con menores, como no tienen la regla no tiene que usar condones”

[Zasko] “Estoy hasta los huevos de menores / tendrás una hija, tu hija irá al cole, ¿y sabes qué pasará cuando Zasko la viole? Que te pondré este vídeo para que lo veas y llores”

La controversia retoma otros debates presentes al rap improvisado, como son las rimas machistas, homófobas y racistas, o el hecho de que se trate de entornos altamente masculinizados y la infrarrepresentación de las raperas o MC femeninas.

Por otra parte, con este episodio, el freestyle ve cuestionada la libertad de expresión, uno de los grandes valores de esta subcultura urbana. En el contexto actual, en el que los raperos Plablo Hassel y Valtonyc están condenados por el contenido de sus rimas, la polémica está servida.

Red Bull toma la iniciativa de aprovechar este ejemplo para ampliar el debate, desde dentro, con MC ganadores de las últimas competiciones, promotores de Batallas de Gallos y expertas en periodismo musical. Spora, a través de la Miriam Sol, participamos para ampliar el análisis e introducir nuevas reflexiones desde la perspectiva de género y feminista:

¿Cuál es el problema?

¿Se trata de una rima fácil en un contexto de rap improvisado? ¿O de apología de la violación?

¿Por qué ocurre?

¿Es porque la improvisación reproduce el bagaje de la sociedad que tenemos interiorizado, ya que no hay tiempo para la reflexión? ¿O es que las batallas se dan en espacios completamente masculinizados donde el referente es un gallito, con la complicidad de los otros gallos?

¿Por qué ha generado tanta polémica?

Vivimos en un mundo globalizado, donde todo queda registrado. El público va más allá de las personas que presencian la competición in situ, y engloba a todo aquel y aquella esté conectada al wifi.

Por otra parte, el feminismo ha dicho 'Basta!' y ha decidido reaccionar a cualquier apología de la violencia sexual.

¿De quién es la responsabilidad: del público, del jurado, del MC?

Los mismos ganadores de las competiciones internacionales reflexionan sobre la evolución de las 'Batallas de los Gallos'. En sus inicios, la descalificación se basaba en insultos cotidianos (son habituales las rimas homófobas: maricón; o las referencias machistas hacia las madres de estos: tu madre ...), era la rima fácil y una forma rápida de ganar. Explican que, con el tiempo, tanto el público como los mismos MC han dejado de aplaudir las rimas homófobas y racistas, mientras que han comenzado a valorar las rimas ingeniosas y con referencias más elaboradas.

Sin embargo, vemos que las rimas machistas se siguen aplaudiendo. Entonces, ¿la responsabilidad es del primer MC (FJ) que provoca al oponente (Zasko) con un ataque personal haciendo alusión a su relación con una chica menor de edad (era conocido que Zasko tenía una pareja un par de años más joven que él, menor de edad)? ¿O bien es de la réplica, en la que utiliza la rima fácil para ganar al contrincante? ¿Qué rol juegan aquí el jurado, o el público?

¿Hacia donde queremos avanzar?

Algunos de los MC comentan que se ha producido una evolución en la calidad de las rimas, cada vez más ingeniosas y reflexivas, que antes eran muy habituales comentarios racistas y que ahora incluso el público los rechaza.

Por otra parte, las MC femeninas y feministas comienzan a abrirse camino y hacerse escuchar. Sara Socas, una MC que compite en las Batallas de los Gallos, publicaba el siguiente artículo el último 8 de marzo: '8M, nosotras no callamos'. También hay colectivos de MC feministas, como las Fem_Battle o Las chicas del Free que visibilizan a las raperas y organizan batallas de chicas. Habrá que animarlas para que puedan hacerse un lugar en este espacio de gallitos!

¿Qué hemos conseguido en 10 años de ley contra la violencia machista?

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Celebrando estos 10 años de la Ley 5/2008, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, podemos mirar con retrospectiva los avances que nos ha permitido, así como los retos que tenemos por delante, sin perder el objetivo: erradicar la violencia machista. Queremos poner en valor el trabajo realizado por los Servicios de Información y Atención a las Mujeres (SIADs, según las siglas en catalán) a lo largo de este camino.

¿Qué hemos conseguido en estos 10 años de ley contra la violencia machista?

Uno de los elementos clave de la Ley fue la ideación de la Red de Atención y Recuperación Integral de la Violencia Machista, con el despliegue de 100 SIAD (Servicios de Información y Atención a las Mujeres) que abarcan el conjunto del territorio catalán a nivel municipal o comarcal. Durante el oscuro período de la crisis económica, mientras veíamos desaparecer ministerios y concejalías de igualdad, la red de SIADs permitió garantizar y mantener las políticas de género y los servicios de atención a las mujeres en todos los municipios. Vincular los SIAD como servicios de proximidad del territorio ha sido, pues, la estrategia que ha permitido que hoy podamos mirar en retrospectiva este largo recorrido.

Cuando publicábamos el estudio Evaluación de la red de Siad de Cataluña (Spora, 2015) pudimos mostrar el impacto de esta red de servicios:

  • Más de 120.000 mujeres participaron en las actividades comunitarias y de sensibilización realizadas por los SIAD, en 2013. Representan el 3% de las mujeres de Cataluña.
  • Casi 26.000 mujeres en situación de violencia machista fueron atendidas por los SIAD, en 2013. Representan el 1% de las mujeres de Cataluña.
  • La atención a menores de edad, y puntualmente en hombres, era una necesidad creciente que fue resuelta de forma pionera en los SIAD.

Seguro que si actualizáramos estos datos veríamos cómo han incrementado considerablemente. Ahora bien, hay que seguir mirando hacia el futuro.

¿Qué retos tenemos por delante? 

1. Poner en valor el trabajo de los equipos locales y garantizarles unas condiciones dignas.

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Los equipos locales son los que han sostenido el trabajo en primera línea en estos 10 años al frente de las políticas de género y de la atención a las mujeres en situación de violencia machista. Ya en el estudio Evaluación de la red de SIADs de Cataluña poníamos de manifiesto que:

  • El 70% de las coordinadoras son multicargos, es decir, tienen otros cargos dentro del municipio aparte del SIAD.
  • El 70% de las coordinadoras son multifunciones, es decir, tienen varias funciones más allá de la coordinación del servicio.
  • Buena parte de los SIAD son unipersonales, es decir, recaen sobre una única profesional con el apoyo externalizado de una psicóloga o abogada.

2. Lograr una coordinación interinstitucional entre las diferentes administraciones y departamentos. 

Es necesario crear un sistema de datos unificado y eficaz, que permita conocer cuántas mujeres estamos atendiendo, qué formas de violencia sufren y en qué ámbitos, qué edades tienen, etc., para mejorar nuestras intervenciones.

3. Trabajar para conseguir que todos los equipos profesionales compartan un lenguaje común que ponga las mujeres en el centro. 

4. Reforzar las acciones preventivas de forma coordinada y transversal, con la complicidad de todos los agentes, para avanzar de cara en la lucha contra la violencia machista. 

** Los Servicios de Información y Atención a las Mujeres (SIAD en sus siglas en catalán) se despliegan por todo el territorio catalán en 2008 a raíz de la Ley 5/2008 del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista siguiendo un proceso de planificación territorial para el periodo 2008-2013. Son servicios de titularidad municipal o comarcal, que ofrecen información, orientación y asesoramiento en todos los aspectos relacionados con la vida de las mujeres, y constituyen la puerta de entrada a la Red de Atención y Recuperación Integral para mujeres en situaciones de violencia machista y la articulación de esta red con el mundo local.

La respuesta de Barcelona a los delitos de odio y las discriminaciones

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Según datos de la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (2017), 9 de cada 10 personas que han sufrido agresiones en Europa por motivos de odio o discriminación no denuncian los hechos. En muchos casos, las personas víctimas de delitos de odio y de discriminación no se sienten como tal, no saben que pueden denunciarlo o no se atreven a hacerlo por falta de confianza en las administraciones o los cuerpos policiales. Las que denuncian - cuando lo hacen - sienten que se enfrentan a un elevado coste personal por el hecho de volver a contar y revivir la agresión y a menudo se sienten poco acogidas o incluso desacreditadas por las autoridades.

Estos son algunos datos que se extraen de un estudio elaborado por Spora Sinergias e impulsado por el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña (IDHC) que analiza la situación de los servicios que ofrecen entidades y administraciones públicas de Barcelona, ​​investiga cuáles son los obstáculos y necesidades existentes y propone estrategias hacer para ofrecer una mejor respuesta.

Uno de los resultados del estudio es la creación del primer catálogo de 37 organizaciones que atienden a personas víctimas de delitos de odio en la ciudad de Barcelona. 

¿Cómo son los servicios?

Las organizaciones y servicios encuestados atendiendo mayoritariamente a personas en situación de pobreza y exclusión social (40,5%), seguido de las que sufren problemas de salud mental (31%), mujeres (28,6%), personas recién llegadas (26, 2%) y colectivos LGTBQI (21,4%). A pesar de que todas las entidades y servicios analizados intervienen sobre los delitos de odio, sólo un tercio manifiesta que ésta es su tarea principal, el 42,9% manifiesta que esta no es su función, y para 26,2% no es la prioritaria.

Es necesario avanzar hacia la profesionalización y la coordinación

En Barcelona todavía hay camino por recorrer en la profesionalización y la coordinación de estos servicios y así asegurar una atención adecuada a las víctimas de actos discriminatorios. El 40% de las entidades no conoce el Estatuto de la Víctima - donde se recogen los derechos que amparan a las personas que sufren cualquier tipo de delitos-. El 35% desconoce los artículos del Código Penal donde se tipifican los delitos motivados por odio y discriminación y menos de un tercio cuenta con profesionales específicos para tratar estas casos.

Marco de seguridad de las víctimas frente a la desconfianza hacia los cuerpos policiales

La desconfianza hacia los cuerpos policiales, motivada por experiencias negativas previas, repercute en la falta de denuncias. Ante esta situación, la función más importante que desarrollan las entidades de atención a las personas es la de proporcionar un espacio de seguridad. Para muchas de ellas, las entidades representan el único espacio donde pueden verbalizar su experiencia sin miedo a ser cuestionadas. Establecer este vínculo de confianza es fundamental para poder hacer un buen acompañamiento y poner en marcha el resto de acciones que aseguren el ejercicio de los derechos de las víctimas.

La capacidad de acción de las entidades y servicios es limitada

La atención a las víctimas requiere una atención integral y multiplicidad de recursos que en Barcelona una sola entidad no puede ofrecer y por lo tanto debe derivar el caso. Esta derivación, dependiendo de la situación, se hace a otra entidad de referencia o bien a instancias policiales o judiciales. La derivación es la acción más común cuando las entidades detectan casos de delitos de odio o discriminación (66,7%). Este dato ilustra que las entidades, generalmente, se centran en la atención psicosocial (50%) y facilitan información básica (47,6%), pero no pueden dar respuesta a todas las necesidades que las víctimas de un delito de odio requiere como es el asesoramiento legal y el acceso a servicios de protección.

Una cobertura legal deficiente y  falta de claridad conceptual (¿libertad de expresión, discurso o delito de odio?)Screen Shot 2018-05-16 at 6.06.53 PM

El Código Penal es el principal mecanismo sancionador de las conductas discriminatorias o motivadas por el odio en el marco legal actual. Aún así, el recorrido de una denuncia por esta vía tiene unas consecuencias a menudo negativas para las personas que han sido víctimas (notablemente la revictimización) y requieren de unos recursos y un acompañamiento que no está al alcance de la mayoría de ellas o que simplemente no ofrecen los servicios para víctimas.

Por otra parte, la redacción del articulado del Código Penal que tipifica el discurso de odio punible o delito de discurso de odio está marcado por la vaguedad en las definiciones y da un amplio margen de interpretación. La falta de una única definición consensuada de delitos de odio y la frontera entre el derecho fundamental de la libertad de expresión y del discurso de odio limitan la capacidad de acción frente a las agresiones y discriminaciones.

De acuerdo con las participantes en el estudio se deberían elaborar leyes específicas para la protección cada colectivo (como las que existen para la violencia machista o para garantizar los derechos de las personas LGTBQI) o bien una ley integral sobre delitos de odio y comportamientos discriminatorios.

Metodología

La investigación ha implicado el uso de los siguientes metodologías de análisis:

- análisis documental
- 2 grupos focales con la participación de un total de 17 representantes de organizaciones de referencia en el ámbito (públicas y privadas)
- 7 entrevistas en profundidad, 2 de ellas con representantes legales y 5 con personas víctimas de agresiones y discriminaciones con motivación de odio
- un trabajo de campo en línea a través del cual se han encuestado 125 entidades y servicios públicos y privados de la ciudad que potencialmente abordan la cuestión de los delitos de odio.

Con el análisis de estas respuestas se ha elaborado el primer Catálogo de Servicios de entidades y administraciones de Barcelona para víctimas de delitos de odio, que recoge un total de 37 organizaciones de referencia en el ámbito.

Marco del estudio

El estudio es parte del proyecto 'Cómo respondemos a los delitos de odio? Análisis situacional, mapeo de servicios para víctimas y herramientas para la intervención' realizado por el IDHC de la mano de Spora Sinergias (autora del estudio), con la colaboración de SOS Racismo Cataluña y la financiación de la Dirección de Derechos de Ciudadanía y Diversidad del Ayuntamiento de Barcelona.

¿Cómo afecta el trabajo de cuidados en la calidad de vida y la salud de las mujeres cuidadoras?

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Más del 80% de las mujeres cuidadoras manifiesta que su estado de salud ha empeorado desde que cuida de la persona dependiente, y el 65% de las mujeres cuidadoras considera que su salud es mala. De hecho, el efecto negativo de los cuidados también afecta a la calidad de vida de las mujeres cuidadoras, especialmente en la falta de tiempo personal, el cansancio, el estrés y la angustia.

Que el trabajo de cuidados tiene un efecto negativo en la salud de las mujeres cuidadoras no es ningún secreto, pero el estudio Salud y calidad de vida de las mujeres cuidadoras informales (realitzado por encargo del Dpto de Transversalidad de Génere del Ayuntamiento de Barcelona) nos ha permitido adentrarnos en la realidad de muchas mujeres que se encargan de cuidar a sus parejas o maridos dependientes, a sus padres o madres dependientes o a sus hijos o hijas con necesidades especiales. Muchas de estas mujeres han de compaginar los cuidados con un trabajo remunerado y, a menudo, con otras responsabilidades, como la gestión del hogar o el cuidado del resto de la familia. Veamos las principales conclusiones del estudio:

La responsabilidad de los cuidados no se distribuye

Aunque otros miembros de la familia puedan colaborar u ofrecer apoyo en algunas actividades, la gestión mental y la organización de los cuidados recae sobre la cuidadora principal. Se trata, además, de una actividad presente las 24 horas del día, ya que la cuidadora no puede desprenderse de ella.

La distribución de los cuidados se basa en el modelo familiar

Cuando un/a miembro de la familia comienza a tener necesidades de cuidados, la cuidadora principal organiza la red familiar. Pero no es hasta que ésta empieza a resultar insuficiente que solicitan servicios externos, públicos o privados, de apoyo a los cuidados.

La distribución del trabajo de cuidados es mayor cuando no se convive con la persona dependiente

El hecho de no convivir facilita la participación de otros miembros de la familia, además de la cuidadora principal, que se organizan para cuidar a la persona dependiente. En cambio, cuando la cuidadora principal convive con la persona con necesidades de cuidado, el resto de la red familiar está menos presente. Hemos visto que más del 80% de las mujeres cuidadoras que no conviven tienen apoyo de la familia, mientras que esto ocurre sólo con el 60% de las mujeres que sí conviven.

¿Cuáles son los perfiles y situaciones de malestar más comunes de las mujeres cuidadoras?cures dones

La edad, la convivencia y la relación con la persona con necesidades de cuidados dan lugar a situaciones diferenciadas de malestar que se corresponden con diferentes perfiles y situaciones de las mujeres cuidadoras:

1. Mujeres que cuidan de sus parejas. Mujeres mayores (más de 65 años) que cuidan de su marido, y que lo han hecho toda la vida. El rol de cuidadora es asumido dentro del contrato matrimonial y no se vive de forma problemática. Esto hace que experimenten menos sentimiento de culpa y rabia por el hecho de cuidar, aunque este malestar aumenta cuando ya no pueden hacerse cargo de los cuidados, que llevan haciendo toda la vida, por el deterioro de su salud.

2. Mujeres que cuidan de su padre o madre dependiente. Mujeres jóvenes (de menos de 65 años) que, en un momento dado, deben hacerse cargo de su padre o madre cuando envejecen o aparecen enfermedades crónicas. El rol de cuidadora aparece como una imposición, especialmente cuando el resto de la familia no se implica. Es entonces cuando aparecen sentimientos de rabia e irritación, la carga de los cuidados se vive en soledad y con una sensación de incomprensión. Además, las mujeres encuentran dificultades para compaginar el trabajo de cuidados con sus obligaciones laborales y su situación económica puede empeorar.

3. Mujeres que cuidan de sus hijos o hijas con necesidades especiales. Madres que tienen a cargo un hijo o hija con necesidades especiales, que desbordan el rol de cuidadora asociado a la maternidad. Es el perfil que manifiesta más malestares, tanto físicos como psicológicos, así como un empeoramiento de la situación económica y de las relaciones sociales. Los sentimientos de culpa y rabia también están presentes, pero destaca la sensación de soledad y de incomprensión, acompañada de un consumo elevado de fármacos.

Los servicios municipales de apoyo se perciben como una ayuda

Los servicios municipales de apoyo a los cuidados se perciben como una ayuda, ofrecen un momento de descanso (sobre todo si el servicio o programa se hace fuera del hogar y la cuidadora puede disponer de tiempo personal) que repercute a nivel físico y psicológico. Sin embargo, los servicios municipales siguen basándose en el modelo familiar y reproducen la feminización de los cuidados, en tanto que la mayoría de las personas familiares que se encargan de los cuidados son mujeres.

Romper el mandato de género a través de la corresponsabilidad

Hay que mejorar la red de servicios de apoyo a los cuidados para mejorar la salud de las mujeres cuidadoras pero, sobre todo, se necesitan estrategias para incidir en la corresponsabilidad del trabajo de cuidados -por parte de los hombres, pero también de los servicios públicos y de la comunidad- para romper con el mandato de género.

¿Cómo prevenir el consumo intensivo de alcohol (HED)?

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Hace un par de semanas se publicó el informe que sentará las bases para la futura ley de alcohol y que quiere acabar con el 'botellón' y los comas etílicos en menores. El documento recomienda retrasar la edad de inicio en el consumo hasta los 18 años y para conseguirlo prevé, entre otras medidas, la incorporación de sanciones económicas a los padres de los menores que beban. ¿Hasta qué punto esta propuesta alcanzará los objetivos que se marca?

¿Las sanciones económicas son eficaces?

Aunque los titulares de la mayoría de los medios no hagan referencia sobre este tema, el informe afirma que no hay unanimidad entre la comunidad de expertos sobre la eficacia de incrementar las sanciones económicas dado el bajo impacto que han tenido otras propuestas similares tanto en el ámbito local como autonómico. También se explica que para que sean efectivas, las propuestas deberían contar necesariamente con la coordinación entre diferentes ámbitos -sociales, económicos, familiares, sanitarios.

Proyecto Allcool: ¿cómo beben los y las jóvenes del sur de Europa?

Justamente este carácter comunitario de las intervenciones es uno de los puntos clave sobre los que Spora Sinergias trabajamos durante la presentación en el Parlamento Europeo de las conclusiones del proyecto Allcool. Esta investigación, financiada por la Comisión Europea, analiza los usos y los comportamientos de jóvenes de entre 18 y 29 años de tres ciudades del sur de Europa (Tarragona, Oporto y Bologna) en relación con el consumo intensivo de alcohol, también conocido como 'Heavy Episodic Drinking' (HED). Una vez recogidos los datos, se han elaborado recomendaciones para políticas públicas y de intervención comunitaria. Pero ¿qué es el HED? Consiste en beber 5 unidades de alcohol (1 Unidad = un vaso de vino o copa de cerveza) en una sola ocasión.

Cuanto más jóvenes, más rápido beben; cuanto más mayores, más cantidad beben

La pauta más común es que los y las jóvenes beben intensamente (HED) más de una vez al mes. Concretamente, lo hace un 65,5% de quienes y un 22,6% de estos afirma que llega a estos niveles de consumo de alcohol entre una y dos veces por semana. Un 33,8% dice que lo hacen entre 2 y 3 veces al mes. Aproximadamente, 1 de cada 4 veces que se consume alcohol se da un HED. En cuanto a la edad, los datos obtenidos revelan que cuanto más jóvenes (entre 18 y 21 años) más rápido beben (en menos de 2 horas). A medida que se hacen mayores (de los 22 a los 25), beben más pero en un intervalo de tiempo mayor. Y entre los 26 y 29 años beben menos y de forma aún menos intensiva

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Las ‘borracheras’ y la gestión de sus consecuencias son un asunto grupal

Una de las conclusiones del estudio es que mientras en los países del norte de Europa la responsabilidad de gestionar las consecuencias negativas del consumo de alcohol recae en el individuo, los y las jóvenes del sur de Europa comparten una lógica colectiva tanto en el momento de decidir cómo consumir alcohol como en el momento de hacerse cargo de las consecuencias que conllevan un consumo excesivo, es decir, todos aquellos comportamientos relacionados con el cuidado de los demás. Entre las prácticas de protección que comparten encontramos: asegurarse de beber con personas que las pueden cuidar si beben demasiado, salir con personas que conocen y confían, o volver a casa acompañados de amigos o amigas.

La 'resaca moral' y algunos elementos a tener en cuenta para elaborar recomendaciones de intervención

En el momento de elaborar recomendaciones para prevenir el consumo intensivo de alcohol es necesario tener en cuenta que las prácticas y los valores relacionados con el consumo de alcohol no tienen que ver únicamente en la decisión racional del individuo sino que se construyen colectivamente y en un contexto social determinado. Por eso hay que implicar a los múltiples agentes de este ámbito y trabajar conjuntamente: grupos de iguales de jóvenes, profesionales educativos, representantes de la administración local, policía local, promotores de ocio nocturno, empresas productoras de alcohol, etc. Algunas de las medidas de intervención comunitaria propuestas por el proyecto Allcool son:

  • Informar sobre consecuencias inmediatas, relacionales y sociales del consumo de alcohol. La investigación pone de manifiesto que lo que más preocupa a los y las jóvenes es la conocida 'resaca moral', como por ejemplo: tener lagunas mentales, sentirse avergonzado o arrepentirse de haber dicho algo, de haber perdido el control o haber mantenido relaciones sexuales sin protección.
  • Dirigir los mensajes de las intervenciones preferiblemente a los grupos de iguales más que los individuos.
  • Adoptar una perspectiva de género en las intervenciones, evitando mensajes que responsabilicen a las víctimas de acoso sexual por no haberse 'controlado'. El alcohol no justifica las conductas de acoso.
  • Aportar herramientas para que los y las jóvenes puedan medir el consumo de alcohol.
  • Crear equipos de información formados por jóvenes (jóvenes agentes de salud).

El proyecto Allcool ha sido elaborado por Spora Sinergies, ApdesAUSL Bologna y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Tarragona.

Conductas de protección y de riesgo: La gestión colectiva del consumo de alcohol

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ALLCOOL- Incrementando la concienciación y la investigación-acción de acción sobre el consumo intensivo de alcohol o Heavy Epsiodic Drinking (HED) entre jóvenes con bajos ingresos y jóvenes adultos en paro en el sur de Europa - es un proyecto de investigación-acción donde un consorcio de grupos de interés de 3 países de Europa del sur (Portugal, España e Italia) tienen el objetivo de intervenir en el consumo intensivo de alcohol (HED) entre los jóvenes. Esta investigación pretende aumentar el conocimiento sobre HED, centrándose en las diferencias sociodemográficas.
Esta investigación se ha desarrollado mediante la combinación de metodologías cualitativas y cuantitativas, que incluye 372 cuestionarios y 2 grupos de discusión con jóvenes de 18 a 29 años, así como 1 entrevista grupal a profesionales de la prevención.
En este post, resumimos algunos de los principales resultados relacionados con los comportamientos de protección y riesgo de la juventud de Tarragona (España).
En la investigación se han analizado las conductas de protección, es decir los comportamientos de consumo -tanto individuales como colectivos- que limitan el consumo de alcohol o minimizan las consecuencias negativas a nivel social o de salud.
Los resultados revelan que 8 de las 19 conductas de protección analizadas se llevan a cabo a menudo o siempre por parte de más de más del 50% de los encuestados, mientras que sólo 3 de las conductas de protección analizadas son llevadas a cabo por menos del 35% de las personas encuestadas.
Los comportamientos más frecuentes están orientados a la reducción de daños graves. Por el contrario, los que tienen una frecuencia más baja se relacionan, principalmente, con la limitación de la cantidad de alcohol consumido. Los comportamientos protectores son menos frecuentes entre aquellas personas que manifiestan haber realizado un HED. Los datos muestran que las personas que han completado un episodio HED en dos o menos horas realizan con menos frecuencia todos los comportamientos protectores que aquellos que han tardado más de 2 horas. El grupo que lleva a cabo más prácticas de protección son las mujeres de 24 a 29 años.

Los datos ponen de manifiesto que la posición social no es una variable explicativa de los comportamientos protectores. En cambio, hay diferencias significativas en cuanto a la edad y el sexo. A medida que la edad aumenta, los jóvenes incorporan progresivamente más conductas de protección. Las personas de 24 a 29 años realizan con más frecuencia que las de 18 a 23 años todos los comportamientos protectores (16 puntos porcentuales). Los encuestados indican que, a medida que se han hecho grandes, han ido incorporando algunos de los comportamientos de protección, como beber lentamente o evitar mezclar diferentes tipos de bebidas.

En cuanto al sexo, las mujeres suelen llevar a cabo todos los comportamientos de protección más a menudo que los hombres, independientemente de su posición social o edad (12 puntos porcentuales). Por tanto, el grupo de población que pone en práctica más comportamientos protectores son las mujeres de 24 a 29 años. De hecho, las mujeres llevan a cabo comportamientos protectores en mayor medida a medida que aumenta la edad. En consecuencia, las diferencias entre hombres y mujeres no se reducen con la edad, sino que se amplían.
Una cultura colectiva de consumo: gestión colectiva del consumo de alcohol y consecuencias negativas

Mientras que en las culturas de consumo propias de los países norte-europeos la gestión del consumo de alcohol y sus consecuencias negativas son una responsabilidad individual, en Tarragona, los jóvenes tienden a gestionarlo colectivamente. Así, la responsabilidad no se circunscribe al individuo, sino que recae sobre el grupo de iguales.
Según los datos cuantitativos, tres de las cinco conductas de protección más habituales están relacionadas con el cuidado de los amigos, como por ejemplo asegurarse de ir a casa con un amigo o tener a alguien que avise cuando se ha bebido demasiado. Por lo tanto, los comportamientos protectores más habituales son, en su mayoría, estrategias grupales que permiten a los jóvenes gestionar colectivamente los riesgos del consumo de alcohol. Además de estos comportamientos, los participantes de las entrevistas mencionan muchas otras estrategias que han puesto en práctica para evitar que sus amigos beban demasiado y otros en los que los cuidan cuando éstos ya están bebidos. Por ejemplo, retirándoles la bebida, diciéndoles que no queda, acompañando la persona en su casa, o estando a su lado mientras se recuperan.

Aunque no todas las prácticas de cuidado que realizan son necesariamente adecuadas, el hecho de que la mayoría se realice en grupo indica que hay una lógica colectiva en la cultura de consumo entre los jóvenes. Estos datos muestran que el consumo de alcohol y, específicamente, los comportamientos de protección necesitan de un marco de análisis centrado en el colectivo. Es decir, para entender porqué los jóvenes tienden a llevar a cabo algunas conductas de protección, no debemos centrarnos en las acciones individuales. Las personas no actúan únicamente en función de decisiones racionales individuales, ni consideran cuáles son los beneficios y los riesgos de emprender una acción individual. Por el contrario, actúan en grupo, en el marco de una cultura colectiva de consumo. En consecuencia, la gestión de las consecuencias no recae en el individuo que las padece, sino en el grupo de iguales que asume la responsabilidad. Tener en cuenta la cultura colectiva relacionada con el consumo puede ayudarnos a entender e intervenir en el consumo de alcohol de una manera eficaz y adecuada.

El contexto puede facilitar o dificultar la aparición de conductas de protección
Los comportamientos protectores menos frecuentes están relacionados con la reducción de la cantidad de alcohol consumido. Por ejemplo, alternándolo con agua o con otras bebidas no alcohólicas, o poniendo límites al consumo. Los datos cualitativos revelan que los jóvenes son conscientes de los beneficios y la importancia de estas estrategias de protección. Además, la mayoría de los encuestados afirman que suelen beber agua cuando llegan a casa para no tener resaca. Sin embargo, no es habitual hacerlo mientras están de fiesta. Un factor que puede influir en la baja presencia de este comportamiento son ciertas características materiales y estructurales de los contextos de ocio nocturno, como el elevado precio del agua en las discotecas o la falta de fuentes de agua potable. En consecuencia, en algunos casos, la incorporación de ciertas conductas de protección no tiene que ver con la información disponible y / o la concienciación sobre los beneficios de llevarla a cabo, sino con el marco de oportunidad del entorno en el que se encuentran los jóvenes.

¿Qué es la crianza compartida?

minhocas

En los últimos años resuena entre las formas de organizar la crianza y la educación en la primera infancia el término "crianza compartida", un concepto que por su novedad está generando cierta confusión. Tratemos de aproximarnos a dicho concepto.

Este es el nombre que han elegido algunos grupos de familias para organizarse y dar respuesta a las necesidades de cuidado de sus hijos, ante la falta de plazas y el descontento con las guarderías. La definición de estos grupos es amplia, ya que se trata de iniciativas comunitarias y autogestionadas y, por tanto, cada una puede tomar una forma particular. Sin embargo, hay algunos elementos comunes que permiten entender un poco mejor esta realidad:

  • Se trata de grupos de familias con hijos e hijas en la etapa previa a la escolarización obligatoria; que cuentan con un espacio adecuado para la crianza y, en muchos casos, con un acompañamiento educativo.
  • Sus proyectos pedagógicos giran alrededor de un modelo educativo no directivo y centrado en la persona y, como consecuencia, cuentan con ratios muy pequeñas de acompañante / niño.
  • Las familias se implican directamente en la gestión del proyecto, tanto a nivel económico como en las diferentes tareas de mantenimiento del espacio.

En definitiva, los grupos de crianza compartida son una alternativa que surge para dar respuesta a las necesidades de cuidado de los y las niñas, pero también por la necesidad que tienen muchas madres y padres de acompañarse en la experiencia de la crianza.

[Fuente de la imagen: http://corcrianzacompartida.blogspot.com.es/p/la-crianza-compartida_10.html]